En el pueblo de Tepotzotlán en México, encontramos a José sentado afuera del bello Templo de San Francisco Javier (1682), que es patrimonio de la humanidad.
José cree que debe de hacer algo él mismo para que Dios lo deje entrar al paraíso. Él acepta que no es buena persona pero no ve que “sus errores” so mucho más que simples errores. Mira esta entrevista hasta el final y observa cómo reaccionó al saber que no hay nada que podamos hacer para ganarnos el cielo.